Hasta que un día reaccioné, me di cuenta de que me estaba encerrando y enterrando en vida. Me percaté de que me había abandonado en todos los aspectos posibles, ya no recordaba qué significa ser Mujer. Fue cuando empecé a realizar este viaje hacia Mí Misma, con el fin de reencontrarme y abrazarme. Tras descubrir el mensaje de que la amenorrea tenía para mí, empecé poco a poco a limpiar las memorias de dolor, de humillación y de desvalorización que tenía guardadas, aprendí a escuchar a mi cuerpo y en especial a mi Útero, y a medida que empecé a florecer nuevamente volví a menstruar, llegando a tener una regularidad en mi ciclo sin dolor ni pesar. Lo que siento es que salí de mi caverna, resucité, y me reconecté a la Vida.