El Tarot Evolutivo es un servicio especial que ofrezco puesto que la considero una herramienta muy poderosa a nivel personal. Como proceso terapéutico, el Tarot puede ser un gran compañero de viaje. En eeste artículo quiero hablarte del género del Tarot, mirando especialmente el femenino.
Las Mujeres nos conectamos con nuestra esencia encontrando la energía primigenia del Útero y sintiendo aquí la energía de la Diosa, que se enraíza en la tierra y asciende a la luna, convirtiéndonos en un canal de conexión entre el plano material y el espiritual, entre nuestro chakra base y el chakra coronario. Somos canalizadoras de la energía del Sagrado Femenino y receptoras de sus bendiciones; somos Una con la Diosa.
Esta conexión cuando se alcanza es preciosa, porque como Mujer quiero sentirlo y vivirlo en todo su esplendor. Pero una parte de mi energía es más activa, más racional, y también es creadora. Mi Sagrado Femenino puede parir desde su Ser, pero para dar Vida a otro Ser Humano necesita de ese Sagrado Masculino. Necesitamos de esa energía en nosotras, pero antes de buscarla en un compañero, activemos la nuestra propia.
¿Tengo entonces energía masculina corriendo por mis chakras?
Así es, tenemos energía sagrada femenina y también masculina. Nuestro segundo chakra, donde reside el Útero, en nuestro caso es femenino, pero el tercero, según yo lo veo, es masculino, es nuestro centro de poder activo, donde reside el poder personal, la fuerza, es el plexo solar, situado dos dedos encima del ombligo.
Los chakras, a medida que suben por el canal energético hasta la coronilla, van despegándose del plano material para acceder al espiritual.
El chakra uno, como podéis imaginar, es el más terrenal, donde residen los instintos básicos, el impulso, la primera acción. Es también el chakra del miedo y de la sexualidad. Para mí, este chakra es andrógino, puesto que es un centro de evacuación y liberación, como lo es el chakra dos con la sangre menstrual o el semen, pero la expulsión en el chakra uno es universal. ¿Adivinas donde está? Hay quien lo sitúa en el perineo, y otros directamente en el ano. Ambas zonas son centro de placer y debilidad tanto para hombres como para mujeres. Es más, por esta zona se encuentra el punto G masculino, y esto es interesante porque, como pasa con la Mujer, cuando se nos estimulan puntos erógenos en nuestra zona sexual se despiertan historias ancestrales y propias relacionadas con bloqueos sexuales y experiencias negativas, se activan miedos puesto que en el chakra dos también hay memorias de miedos a nivel sexual.
Despertamos a la Mujer herida pero también conectamos con las heridas del Hombre, y más cuando se han tenido relaciones íntimas con ellos. Si sano mis miedos y acepto la energía masculina (porque muchas Mujeres tenemos memorias de miedo con los hombres) podré activar mi chakra uno y permitir que mis centros energéticos se activen con otra energía más fluida y complementaria.
Los Arcanos, nombre que reciben las cartas del Tarot, representan entre otras cosas diferentes aspectos de la energía femenina y la masculina. Es un tema digno de profundizar, por lo que para abrirte boca voy a darte algunas pinceladas para empezar.
El Sagrado Femenino se representa en el Tarot como La Luna y el Sagrado Masculino como El Sol. Lo que vemos es la presencia de ambos integrada en arquetipos femeninos y masculinos, rescatando la idea de que somos seres energéticamente andróginos. Vamor a verlo con estos y más Arcanos.
El principio femenino se representa en La Luna, satélite que en nuestra comunidad de empoderamiento menstrual conocemos muy bien. La Luna es madre nocturna, pasiva, acoge desde su distancia e influye en las personas, animales, mareas, cosechas. Recordemos que se trata de un satélite frío, no aporta la calidez con la que puede trabajar El Sol, pero también por ello se complementan.
La Luna tiene una cara visible, la Llena, que es la relacionada con la plenitud, la abundancia y la creación. El Arcano que representa esta faceta de La Luna, es El Papa, hombre sabio, experto, que comparte su conocimiento, que alienta y aconseja, pero siempre desde un púlpito, no hay contacto. Es una referencia, pero su accesiblidad es limitada.
La cara oculta de La Luna, la Nueva, se representa con el Arcano de La Papisa, cuyo conocimiento guarda para sí misma. Lee, reflexiona y aprende, siempre en solitario.
El principio masculino se representa en El Sol, el portador de la luz del mundo, siendo La Luna la imagen de la luz interior.
El Sol es padre, acoge desde el calor y su fuerte presencia denota su autoridad. Es alegría y vitalidad.
El Sol tiene una etapa más ardiente, que puede ser tanto en verano como en las horas donde más brilla a lo largo del año.
El Arcano que lo representa es El Emperador, la estabilidad, la solidez, la firmeza y autoconfianza. Es el don de mando hacia los demás y hacia un@ mism@. El Sol más tibio del invierno o las horas donde calienta menos pertenecen al Arcano de La Emperatriz, cuya presencia más sutil no significa que sea más débil, porque su ausencia se haría notar.
Es la presencia constante de ese Sol que no abrasa el que permite que crezcan las cosechas, y el que nos deja seguir viendo cuando se acaba el auge de luz que nos deslumbra.
Vemos que las caras visibles de La Luna y El Sol son masculinas y las ocultas femeninas. El Tarot es patriarcal, y eso de a poco lo iremos modificando. Pero os tengo una buena noticia al respecto: tenemos un Arcano que es andrógino, y que fusiona ambos principios en ambas caras.
El Diablo representa ese diálogo interno en el que tomamos decisiones fuertes, en las que asumimos riesgos. Es el juicio interno, donde nos planteamos nuestros principios, en la que descubrimos nuestra sombra y nuestras manchas, en la que nos encontramos con los instintos básicos y en la que se mueven nuestros conceptos del ser, del femenino, del masculino.
Es en esencia nuestro chakra 1, nuestra sexualidad sagrada ya fusionada. Nuestros conceptos del bien y del mal se mueven ahí, lo que no nos atrevemos o nos permitimos hacer y decir están ahí, y no hay más testigos que nosotros mismos. Es ese quiero, ese deseo, y no puedo, porque la única jueza, el único juez, soy yo.
¿Qué pasaría si te atrevieses a conectar más con ese Diablo andrógino, qué te permitirías o atreverías a hacer?
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Muy revelador…
Gracias por mostrar Caminos, Lorena…
Gracias a ti, espero que te sirvan hermano!! <3
Maravilloso! Uniendo nuestra sombra, haciéndola visible, es como podemos conectar con nuestra verdadera esencia y descubrir nuestros dones y talentos ocultos. Y esa es la carta del Diablo. Muy bonita labor la que haces y mucha sabiduría en tus palabras 🙂
Muchas gracias!!! Es cuestión de encontrar nuestro ángel y nuestro diablo internos y fusionarnos, dándonos cuenta de que no somos ni bondad ni maldad pura, sino una mezcla perfecta de ambas polaridades <3